El Derecho de los consumidores a reparar
Se refiere a que como consumidores tenemos el derecho de reparar los productos que hemos adquirido, ya sea por nuestra cuenta o a través de servicios de reparación independientes.
Este derecho busca contrarrestar la actual tendencia de productos electrónicos y otros bienes de consumo que están diseñados para ser difíciles o imposibles de reparar.
Los fabricantes justifican esta postura argumentando la propiedad intelectual. Sin embargo las verdaderas razones de esto, es mantener el control de su producto (aunque el dueño del mismo sea el consumidor) y por supuesto disminuir el ciclo de vida de sus productos, asegurando ventas constantes. Analicemos algunos de los puntos clave del derecho a reparar:
- Acceso a piezas y manuales de reparación
El derecho a reparar implica que los fabricantes proporcionen acceso a piezas de repuesto y manuales de reparación a los consumidores o a técnicos de reparación independientes.
Una de las empresas que practica el bloqueo al acceso de piezas de forma más radical es Apple. Usémosla para ver un caso práctico:
A) Si algún técnico independiente desea integrarse a la red de servicio autorizado de Apple, debe firmar un contrato donde se compromete a comprar SOLAMENTE las partes de reemplazo que le vende Apple y que básicamente son: baterías, pantallas para celular/laptops y unos cuantos módulos de reemplazo para sus laptops y computadoras de escritorio.
Cualquier otro componente que no esté en la lista de refacciones de Apple, NO puede ser cambiado/reparado y el Usuario generalmente termina comprando un equipo nuevo, ya que el costo de reparación es sumamente alto.
B) El técnico independiente al firmar el contrato con Apple se compromete a aceptar auditorias constantes, para validar que NO está comprando partes de reemplazo “no oficiales”.
Esto, es entendible y parecería justo, sin embargo estas auditorías pueden ser realizadas hasta 5 años después que el técnico haya cerrado su negocio o dejado de trabajar con Apple.
C) El control que ejerce Apple, no solamente es sobre sus clientes o los técnicos independientes, también es con sus proveedores:
Supongamos que el técnico determina que para reparar un iPhone, solamente se debe cambiar un componente (chip) cuyo costo es de U$10. Como no lo puede pedir directamente a Apple debido a que no está en la lista de refacciones disponibles, lo solicita directo al fabricante de ese chip y parecería asunto arreglado. Sin embargo, no es así, pues el fabricante también tiene un contrato en el que se estipula que NO puede vender ese chip a nadie más que a Apple y está obligado a reportar cuando alguien le solicite ese componente.
Nuevamente, el cliente final debe reemplazar su dispositivo debido a que NO puede repararlo y aunque el costo del componente dañado es muy bajo, es imposible conseguir la pieza original debido a la política de Apple.
El técnico puede conseguir dicho componente en su versión “no oficial”, sin embargo es riesgoso pues puede ser demandado por Apple y nadie se arriesgará a una demanda millonaria por U$10.
Como resultado de esta política de control de refacciones, los Usuarios deben reemplazar el equipo, generando desperdicio digital (eWaste) y afectando su economía. - Restricciones y bloqueos
Muchos fabricantes implementan medidas para dificultar o impedir la reparación de sus productos, como el uso de componentes propietarios, bloqueos de software o acuerdos de garantía que se invalidan si se realiza una reparación “no autorizada”
Nuevamente Apple nos brinda el ejemplo más claro de esta política:
Los sistemas operativos para iPhone (iOS) más recientes, van disminuyendo de manera sistemática el rendimiento del procesador de teléfonos “viejos”, de esta manera el Usuario va percibiendo que su teléfono cada vez es más lento y obviamente esto acelera la decisión de reemplazarlo.
Apple no le da la opción a los Usuarios de escoger qué sistema operativo usar en su dispositivo, que siempre se actualizará a la versión más reciente soportada y una vez que se actualice, NO se puede regresar a versiones anteriores.
Microsoft es famoso por poner etiquetas de “Garantía Inválida” en sus equipos de Xbox. Estas etiquetas se ubican en lugares estratégicos, por lo que en teoría, con tan solo abrir la cubierta exterior de estos dispositivos anula la garantía.
Sin embargo en E.U. se modificó la legislación para invalidar estas etiquetas y que todo producto electrónico tenga por lo menos 1 año de garantía. Aún así, miles de Usuarios que desconocen sus derechos son engañados y se les niega el derecho de garantía. - Sostenibilidad y reducción de residuos
Uno de los puntos más importantes por los que vale la pena promover el derecho de reparar, es para reducir la generación de residuos electrónicos y el uso más racional de los recursos naturales utilizados en la manufactura de dispositivos.
La reparación de productos existentes ayuda a prolongar su vida útil y reduce la necesidad de producir nuevos productos, lo que reduce el impacto ambiental y ayuda a la transición de una economía lineal a una economía circular. - Beneficios económicos extendidos
El derecho a reparar también ayuda a extender el alcance de los beneficios económicos, al permitir que los consumidores y técnicos de reparación independientes generen ingresos a través de servicios de reparación, ayudando a impulsar la economía local y generando oportunidades laborales.
El movimiento en favor del derecho a reparar ha ganado impulso en los últimos años, y algunos países han comenzado a implementar legislaciones para respaldar este derecho. Sin embargo, aún hay desafíos y debates en torno a este tema, en especial en lo que respecta a la propiedad intelectual y los intereses comerciales de los fabricantes. Temas que abordaremos en las siguientes entregas de esta serie.